Bullying y autoritarismo en residencias médicas

12.08.2013 09:38

El CMD, la UASD y él Consejo de Residencias deben parar el acoso

Escrito por: José Miguel Gómez
Las residencias médicas son escuela de formación en diferentes especialidades y disciplinas. Allí aprenden, se educan, se entrenan, adquieren formación, crean hábitos, socializan el dolor y la angustia de una población desprotegida, pobre y desigual. Desarrollan el juicio crítico de lo que no es ético, ni moral, ni humano en una profesión. Pero también, se pone en evidencia la formación de la casa, la personalidad, la voluntad y la capacidad de resistencia en alcanzar propósitos.

En las residencias médicas se da una relación de poder, de niveles y de don de mando que no todo el mundo sabe administrar, ni convivir, en una enseñanza que incide más las actitudes personales, que el aprendizaje integral de formar personas en lo académico, la ética, lo humano, el altruismo y los valores para convertirse en profesionales con modelos de referencias y de liderazgo dignos de imitar.

El residente en su generalidad, trabaja de forma poco digna: bajo salario, poca supervisión personalizada, poca docencia tecnológica, mala alimentación, carencia de bibliografía, sin descanso post- guardia y, para el colmo, muchos son víctimas de maltrato emocional, psicológico, moral y sexual. Ese hostigamiento de forma recurrente, cargado de horas de castigo se convierte en un ambiente tóxico, negativo, que estimula la sobrevivencia a base de chisme, favores, regalos, el “dejar hacer y dejar pasar” “silencio” “complicidad” cinismo, y podrecimiento de espíritu profesional, aunque no es la generalidad de las residencias médicas.

Confieso que he tenido que asistir residentes víctimas de acoso sexual, moral, depresivas, con trastorno de ansiedad, conflicto de pareja, traumatizada y desmotivadas por el Bullying. Ahora me ha tocado la otra cara: la gremial, visitar hospitales, sentir el miedo y terror de los residentes en expresar o participar en los diferentes grupos gremiales que difieran de sus jefes, coordinadores o profesores. El autoritarismo se vive, lo hacen de forma perversa, con amenazas, chantaje o cinismo; por miedo a las notas, los servicios, los castigos o expulsiones.

De ese autoritarismo se reproduce un profesional, inseguro, sin liderazgo, tramposo y perverso que sobrevive por el chisme, el miedo y la cultura del favor. Ahora la agonía para los residentes es peor. Al graduarse se quedan sin pasantía post-grado. No saben dónde trabajar y cómo entrar a una clínica o equipar un consultorio, con los préstamos de alto interés por la banca privada y la cooperativa de los médicos. Y, para seguir la angustia, las ARS les niegan los códigos de trabajo, no saben cómo obtener dinero para comprar un carro, una vivienda o casarse.

El Colegio Médico, la Universidad Autónoma y el Consejo de Residencia deben de parar el Bullying y el autoritarismo de los que son víctima los médicos.